Hotel La Casa del Maestro, Sevilla, España

El Maestro

¿Quién es el Niño Ricardo?
Manuel Serrapí Sánchez, reconocido como uno de los Grandes Maestros de la Guitarra Flamenca, nació el 11 de julio de 1904, en la Plaza de Argüelles de Sevilla (Hoy la plaza del Cristo de Burgos), en uno de los típicos corrales de vecinos propios de aquella época.

Niño Ricardo El Maestro

Los comienzos
Ricardo Serrapí Torres, guitarrista y padre del Niño Ricardo junto a Antonio Moreno, amigo de su padre, fueron quienes le enseñaron e introdujeron en el mundo del flamenco cuando solo tenía 13 años, aunque al igual que Ricardo, no quería que se dedicase profesionalmente a la guitarra.
Javier Molina, guitarrista nacido en Jerez, fue quien le dio la primera oportunidad al Niño Ricardo, a sus 14 años, actuando en un tablao flamenco, donde conoció a algunos de los grandes cantaores de la época, artistas que más tarde acompañaría, tanto fuera como dentro de España y durante el resto de su carrera.
A la edad de 20 años realiza sus primeras grabaciones en discos de pizarra.
El triunfo de El Maestro
Ricardo desarrollo un estilo totalmente nuevo que revolucionó la guitarra y dejo una profunda huella, creando su propia escuela "El Ricardismo". Más que técnica, que la dominaba perfectamente, el buscaba la modernidad, saliéndose de los cánones y llegando más lejos en las composiciones. Pensaba en músico y no solo como guitarrista. Los dedos ya no estarán supeditados a la lógica mecánica de las digitaciones, sino a la idea musical de la falseta. Quizás porque este planteamiento introducía un nuevo desafío a la técnica de guitarra flamenca de la época.
Muchos guitarristas actuales como de su época se reconocen como sus discípulos. Grandes Guitarristas como Paco de Lucía, Enrique de Melchor, Serranito han manifestado en más de una ocasión que el Niño Ricardo "fue de los guitarristas de nuestra generación. Representaba el no va más de la guitarra flamenca, "el Papa". Aprendimos mucho de él y tratábamos de imitarlo".
Grabó con los mejores cantaores de la época, como la Niña de los Peines, Pastora Imperio, Tomás Torres, Pepe Pinto, El Gloria, Juan Vallejo, El Carbonerillo, Mazaco, Antonio Chacón, Manuel Mairena, Fernanda y Bernarda de Utrera, Caracol ,Juan Talega, Chocolate, Lola Flores o más tarde Enrique Morente, aunque él admiraba especialmente a Tomas Torres. Ricardo giro con muchos de ellos durante su carrera, así como con otros Maestros de la Guitarra como Sabicas.
En 1945 sufrió una intervención quirúrgica en la garganta que le dejó una característica voz, profunda y bronca, aunque esto no le impidió seguir su carrera y hace que se le reconozca fácilmente en sus grabaciones en las que se le oye tararear con su toque.
Compuso mucho para grandes cantaores de copla como Antonio Molina o Juanito Valderrama, para el que músico algunos de sus mayores éxitos, como "El Emigrante", "Su primera Comunión o "El rey de la carretera" entre otros.
En su memoria
A su muerte fue erigido un monumento en su sepultura del Cementerio de San Fernando de Sevilla donde se representa a un ángel, con una guitarra entre sus manos alzándola al Cielo. La escultura es obra del escultor Sandino y fue financiada con los ingresos de las ventas del disco homenaje que se grabo en 1972, en el que un grupo de ricardistas, como Paco de Lucía, Ramón de Algeciras, Sábicas o su propio hijo interpretan temas d.
En 2005, el Ayuntamiento de Sevilla, con el impulso de la Peña Niño Ricardo de la capital andaluza levanto un monumento al Maestro en la misma plaza donde nació, Plaza del Cristo de Burgos.
Su Técnica
Los brillantes arreglos de acordes con la mano izquierda y su genio creativo hace de sus falsetas un sonido único y propio. Su mano derecha era única en su constante manipulación de las cuerdas e insistente contrapunto rítmico. El toque de Manuel Serrapí tenía tal carga de motivación musical que no pocos cantaores han reconocido que nunca cantaron mejor que con su acompañamiento, porque él era un gran aficionado al cante antes que concertista, haciendo que su guitarra cantara para hacer cantar a los demás, sus variaciones siguen siendo fuente inagotable del mejor toque flamenco.
Ricardo Ha sido uno de los tocaores más sabios de la historia, daba a cada cante la cadencia que le correspondía, según fuera uno u otro el fandango, o una u otra soleá, y aseguraba que la guitarra era para el una religión. Él decía que La guitarra junto al cante, deben de sostener un diálogo: "Ni el cante debe acallar la guitarra ni ésta salirse al paso del cante".
"La guitarra flamenca no sería lo que es, sin la inestimable aportación de El Maestro."